Reflexiones de un periodista

Sunday, January 15, 2006

Neocaciquismo

Cada uno cumple con la patria a su manera. A unos les gusta irse a la guerra, a lugares de tensión bélica, o simplemente a aguantar al chusquero de turno, y otros nos mareamos sólo con ver un tirachinas.

Por eso hace algunos años, cuando el servicio militar obligatorio ya se encontraba en fase terminal, me apresuré a cumplir mi deuda con la patria como objetor de conciencia. Durante nueve meses me convertí en el último mono de la Concejalía de Urbanismo del ayuntamiento de Torre Pacheco (encima me tenía que desplazar a otro pueblo). Allí el mayor peligro al que estaba expuesto era tener que pagarle el desayuno al gorrón del delineante (un tipo que era algo así como una mezcla entre Obélix e Idi Amín Dadá). Era eso o hacer el servicio militar en Melilla. No tuve mucho que pensar.

Una vez que formas parte de aquel entramado te enteras de muchas cosas que primero te sorprenden, después te indignan y finalmente te son indiferentes. Es de dominio público que todos los funcionarios municipales son personas aptas para ocupar su puesto de trabajo, algo que queda refrendado por la objetiva y sincera opinión de determinados políticos que están plenamente convencidos de que “mi cuñado es el más apto para ocupar este puesto”. En esos casos el cuñado siempre se hace con la plaza ofertada por el ayuntamiento, simple y llanamente porque es el más apto. Da igual que ese cuñado sea el mítico “cuñao” que aparece en el programa de Jesús Quintero. Eso sí, que nadie piense que se filtran las preguntas de los exámenes.

Torre Pacheco fue gobernado durante más de veinte años por un mismo alcalde, que fue elegido democráticamente en las urnas, más o menos como Hitler en la década de 1930 (no quiero que no se malinterprete esta comparación). Durante esos años entraron a formar parte del ayuntamiento una serie de personas que (supongo que será casualidad) tienen algún vínculo familiar o extrafamiliar con esta persona (sobrinos, sobrinas, esposos de las sobrinas, hijos de amigos). Estoy convencido de que este hecho fue, como dicen en las películas americanas, mera coincidencia.

Bajo ese prisma se puede encontrar (por ejemplo) con un director de radio municipal cuyo mayor aval es haber sido pinchadiscos de un discoteca que, como todos sabemos, es la manera más enriquecedora de adquirir el conocimiento y la aptitud necesaria para dirigir una emisora de radio. Quiero que quede claro que para acceder al puesto que ocupa no ha tenido nada que ver su profunda amistad con el hijo del alcalde.

También bajo ese prisma puedes encontrar una Concejalía de Cultura formada por personas cultas y preparadas, todas ellas amigas desde la infancia, que te atenderán exquisitamente (siempre y cuando no estén manteniendo una interesante tertulia sobre las últimas novedades acaecidas en Gran Hermano, en cuyo caso el visitante tendrá que esperar unos cinco minutos para que lo atiendan). Estas personas conocen a fondo la historia del término municipal (bueno sólo conocen la historia de los últimos cinco años) y, como en la gran mayoría de los casos, no han obtenido su puesto de trabajo por enchufe.

Me tenía que haber ido a Melilla.

2 Comments:

Blogger Redactor-es said...

yo trabajo (es un decir, más bien hago como que les sigo el juego) con concejales y demás personal de un ayuntamiento al que el término neocaciquismo se le queda corto...pero piensa en clave cómica para no sucumbir ante lo que nos rodea, si te llegas a ir a melilla te hubieras perdido parte de nuestra historia reciente más elemental: el nombre y andanzas de los habitantes de la casa de gran hermano mientras esperabas a que te atendieran... (ánimo)

9:46 AM

 
Anonymous Anonymous said...

¿Qué dices? Si te hubieras ido a Melilla nos hubieramos perdido este texto y es buenísimo. Me encanta tu ironía.

7:06 AM

 

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