Reflexiones de un periodista

Sunday, February 12, 2006

Incertidumbre

No quiero convertir esta bitácora en un espacio para contar mi vida personal, pero tras conocer la noticia de que tengo que pasar por el quirófano, me ha venido a la cabeza (a mi que soy una persona optimista por naturaleza) una serie de pensamientos pesimistas que jamás me había atrevido a plantearme. Tal vez sea la edad, el miedo de lo desconocido o que soy un cobarde, pero entre esta noticia y un par de cosas más que me han sucedido en estos últimos días puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que la semana pasada ha sido una de las peores de mi vida y que algunas situaciones que se han producido van a suponer un punto de inflexión en mi futuro próximo.

Supongo que escribo esto porque necesito desahogarme, aunque sea con el ciberespacio, porque no quiero preocupar a las personas con las que convivo, ni tampoco a las que me aprecian. En los últimos días me he negado a hacer vida social por temor a contagiar a los demás mi estado de ánimo. No es nada fácil llamar a una persona y justificar tu ausencia sin más argumentos que un simple “no voy”, “no me apetece”, o bordeando la mentira, un “no puedo ir”, una frase que suena más convincente que los dos pretextos anteriores. Por establecer una comparación, me siento como el adolescente despechado que no sabe como ahogar las penas de un fracaso amoroso, con la diferencia de que las frustraciones de los quince años son bofetadas dolorosas que tienen fecha de caducidad.

En verdad, no tengo nada que perder; ni tengo a una familia que dependa de mi sueldo, ni siquiera un trabajo más o menos digno por el que pelear y, aunque parezca paradójico, estas circunstancias me alivian un poco, ya que lo que tengo por delante ahora es incertidumbre, mucha incertidumbre porque el cuerpo humano es una caja de sorpresas. Da igual que seas joven. Da igual que te cuides. Da igual que hagas deporte con asiduidad. Da igual que no fumes. Da igual que apenas bebas. Nadie está libre de que en un momento dado su organismo se rebele y comience a no funcionar adecuadamente.

Por si acaso, me he estoy empezando a releer la biografía de Napoleón III. Menos mal que han pasado más de 130 años, y que, desde entonces, la medicina ha avanzado muchísimo. De lo contrario, ya podría estar redactando la carta de despedida.

Monday, February 06, 2006

Totalitarismo

La asignatura de Historia de la Propaganda despertó mi interés por los métodos que utiliza el totalitarismo, un sistema político implantado en el siglo XX, que se manifiesta de diversas maneras: el totalitarismo fascista de Mussolini, el totalitarismo nacional socialista de Hitler, el totalitarismo bananero de Fidel Castro o el totalitarismo, disfrazado de democracia, del actual gobierno de Cataluña. Todos tienen varios nexos en común (estricta vigilancia sobre los ciudadanos, restricción de la libertad de expresión y de la pluralidad informativa, obligación a los ciudadanos a someterse algunas normas que restringen las libertades públicas etc) Afortunadamente el totalitarismo del siglo XXI en sus formas es bastante más moderado que el del siglo XX.

No soy simpatizante de ningún partido político, porque en el fondo todos son iguales. Tanto los unos como los otros toman decisiones que en unos casos me parecen acertadas y en otros casos, equivocadas. Sin embargo, sí hay algo que tengo claro: odio el totalitarismo. Por eso me sigue llamando la atención (aunque ya no me sorprende) lo que ocurre día a día en ese experimento totalitario que se está llevando a cabo en Cataluña

Montesquieu dejo escrita en su obra “El espíritu de las leyes” una de las premisas fundamentales en las que se apoya un sistema democrático: la separación de poderes. El poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial. Si el poder ejecutivo impone que un iluminado tiene que usurpar las funciones de un juez, la democracia se convierte en totalitarismo. Es lo que pasa en Cataluña con una institución llamada CAC (Consejo Audiovisual Catalán) en la que uno de estos iluminados, colocado a dedo por el poder político, es quien dicta los comportamientos adecuados que han de llevar a cabo los medios de comunicación mediante “recomendaciones”

Basta con hacer una comparación para poder sacar conclusiones

En un gobierno democrático:
- Los médicos de Madrid pueden escribir sus historiales clínicos en el idioma que le de la gana, que no los van a sancionar por eso.
- Un medio de comunicación de Huelva puede criticar a un político sometiéndose a la libertad que otorga, en el caso del Estado español, el artículo 20 de la Constitución.
- Un comerciante de León puede rotular su establecimiento en el idioma que le salga de las narices (español, catalán o swahili) que nadie lo va a multar por eso.

En un gobierno totalitario:
- Los médicos de Reus tienen que escribir los historiales clínicos en el idioma que impone el poder establecido. El poder tiene la potestad de no respetar, ni tan siquiera los derechos fundamentales del enfermo, ni el secreto profesional, ni el juramento hipocrático. (estricta vigilancia sobre los ciudadanos y restricción de las libertades públicas)
- Un medio de comunicación de Gerona puede ser sancionado sin la intervención de los jueces, si así lo estima conveniente un “iluminado” colocado a dedo por el gobierno (el poder judicial pierde peso, ante el poder legislativo y se restringe la libertad de expresión. En el franquismo eran bastante más comedidos)
- Un comerciante de Mataró tiene la obligación de rotular su establecimiento en el idioma que impone el poder establecido (otro ejemplo de la estricta vigilancia sobre los ciudadanos y la restricción de las libertades públicas)

Por no hablar de la libertad de enseñanza que ese sería otro tema…

Evidentemente, yo me identificó más con el gobierno democrático, que con el gobierno totalitario, independientemente de las siglas que tenga el partido que esté en el poder. En el caso de este experimento totalitario, el gobierno cuenta con un poder añadido: la hipocresía del ciudadano, que consiste en tolerar, e incluso justificar, todas las decisiones que lleva a cabo el gobierno, siempre y cuando las siglas del/los partido/s político/s que está/n en el poder sean las suyas.

No voy a discutir la legitimidad de este gobierno, ya que los ciudadanos así lo decidieron en las urnas. Sólo un detalle: el totalitarismo de origen democrático ya “lo inventó” Hitler hace más de setenta años.

Sunday, February 05, 2006

Dilema

A raíz de los acontecimientos que han sucedido esta semana en la Región de Murcia me ha surgido un dilema

- El Jefe de la Policía Municipal de San Pedro del Pinatar, ha sido detenido por colaborar con unos narcotraficantes. Después en un registro de su domicilio han sido hallados 200.000 euros (podría decir que le había tocado la lotería primitiva)
- El Sargento de la Guardia Civil de un municipio próximo fue detenido hace unos años por el mismo motivo
- El máximo responsable del PSOE de la Región de Murcia votó hace unos años en un pleno municipal a favor de la recalificación de unos terrenos propiedad de su padre y de su hermano. Al ser preguntado por esta cuestión, dijo “que no se acordaba de si había votado o no había votado” (supongo que después pidió un diccionario para buscar el significado de la palabra “vergüenza”)
- Un concejal del ayuntamiento de Murcia del PP y el hermano del presidente de la Región, del mismo partido político se dedican a jugar al Risk con los propietarios de una poderosa empresa de construcción. La diferencia es que el Risk era un juego ficticio en el que se repartía el mundo y éstos se reparten la Región de Murcia (y no de broma). Lo próximo será jugar al Monopoly con las calles del centro de Murcia.
- La Cadena COPE se dedica a informar de los tejemanejes del político del PSOE, pero trata con tibieza los asuntos del PP
- La Cadena SER se tira un día repitiendo hasta la saciedad (menudo coñazo) la noticia que perjudica al PP, pero obvia la noticia que perjudica al PSOE

Mi dilema es el siguiente: ¿Son ellos los sinvergüenzas, o somos nosotros los tontos?