Reflexiones de un periodista

Sunday, January 29, 2006

Nieve

No sé si deberá al cambio climático, al agujero de la capa de ozono o algún fenómeno meteorológico que se nos escapa, pero desde hace algunos años ya no existen ni la primavera ni el otoño, al menos en Murcia. Aquí a principios de noviembre nos vestimos con una simple camiseta de manga corta, y una semana más tarde tenemos que sacar de nuestro guardarropas todo el arsenal de prendas de manga larga porque nos helamos de frío, hasta mediados de marzo, cuando nuevamente comienza el verano.

Apenas se ha cumplido se ha cumplido un año de un fenómeno meteorológico inaudito (una copiosa nevada en la costa murciana) cuando por segundo año consecutivo ha vuelto a nevar en localidades que hasta el año pasado veían la nieve cada veinte o treinta años. El mejor ejemplo es La Manga del Mar Menor, una población turística construida a partir del año 1965, cuyos habitantes jamás habían tenido la oportunidad de contemplar una nevada.

¿Por qué hago una reflexión sobre la climatología? Supongo que será porque hoy, sábado 28 de enero de 2006, ha sido la primera vez en mi vida en que he visto caer copos de nieve sobre el tejado de mi casa.

Friday, January 27, 2006

Víctimas y verdugos

Cada vez que se produce una guerra de intereses económicos, hay un verdugo y una víctima. En estos últimos días el diario La Verdad se ha convertido en el soporte de un fuego cruzado entre la empresa constructora más importante de la región y el jefe de la oposición política. Después de leer durante varios días las declaraciones de los implicados en esta polémica me parece que en esta ocasión, todos, incluido el medio de comunicación, son los verdugos.

El primer ejemplo lo tenemos en un diario que tradicionalmente ha favorecido las tesis de la derecha católica, aunque afortunadamente ya no se leen titulares como
“En algunos casos la mujer puede llegar a ser igual de inteligente que el hombre”. (véase La Verdad 12-5-1964) Si el titular de esta noticia denota el pensamiento misógino que predominaba en aquellos años (en los para este diario Franco era poco menos que un enviado de Dios, y los comunistas eran los culpables de cualquier tragedia mundial) la redacción de la noticia es digna de ser analizada en cualquier facultad de Ciencias de la Información como uno de los ejemplos más esclarecedores de la mentalidad que impregnaba en la sociedad en la que se desarrolló la juventud de nuestros padres.
No sería justo juzgar a un medio de comunicación por titulares de hace cuarenta años porque han cambiado tanto el pensamiento social, como la manera de hacer periodismo. Las formas son otras, aunque este diario sigue manteniendo una línea editorial de derechas, tolerante, condescendiente, y en ocasiones connivente con el líder, que ahora ya no se apellida Franco, sino Valcárcel.

Por otro lado tenemos a una empresa muy poderosa que está empeñada en transformar a la Región de Murcia en un mar de ladrillos aunque sea a costa de destruir el paisaje que ha predominado en esta tierra durante varios siglos, sin importarles la costa virgen, los espacios protegidos, las cañadas reales, la fauna autóctona. Esta empresa acalla críticas y financia voluntades a través de la publicidad ya sea patrocinando a equipos deportivos o insertando anuncios en medios de comunicación para asegurarse que éstos pierdan su independencia.

La tercera pata de este banco es un político socialista hipócrita, cuyo máximo logro ha sido el de ocupar una concejalía en un pequeño ayuntamiento de la provincia. Hijo de constructores, tampoco ha tenido el más mínimo reparo en aprovecharse de su cargo político para contribuir al bienestar de su familia en forma de recalificación de terrenos.

Entonces ¿Quiénes son las víctimas de esta historia? Las víctimas somos todos los ciudadanos de la Región de Murcia que pagamos los “daños colaterales” que causan los constructores ricachones y los políticos de segunda categoría, y las víctimas también serán, a largo plazo, nuestros nietos que no podrán disfrutar ni de playas vírgenes ni de la huerta murciana porque estarán sepultadas por toneladas de ladrillos. Dentro de 100 años los responsables de esta atrocidad estarán tan muertos como el pobre mendigo que pide para comer en una fría calle del centro de Murcia, aunque aquellos podrán permitirse el lujo de descansar en paz bajo una lápida de oro macizo.

Sunday, January 15, 2006

Neocaciquismo

Cada uno cumple con la patria a su manera. A unos les gusta irse a la guerra, a lugares de tensión bélica, o simplemente a aguantar al chusquero de turno, y otros nos mareamos sólo con ver un tirachinas.

Por eso hace algunos años, cuando el servicio militar obligatorio ya se encontraba en fase terminal, me apresuré a cumplir mi deuda con la patria como objetor de conciencia. Durante nueve meses me convertí en el último mono de la Concejalía de Urbanismo del ayuntamiento de Torre Pacheco (encima me tenía que desplazar a otro pueblo). Allí el mayor peligro al que estaba expuesto era tener que pagarle el desayuno al gorrón del delineante (un tipo que era algo así como una mezcla entre Obélix e Idi Amín Dadá). Era eso o hacer el servicio militar en Melilla. No tuve mucho que pensar.

Una vez que formas parte de aquel entramado te enteras de muchas cosas que primero te sorprenden, después te indignan y finalmente te son indiferentes. Es de dominio público que todos los funcionarios municipales son personas aptas para ocupar su puesto de trabajo, algo que queda refrendado por la objetiva y sincera opinión de determinados políticos que están plenamente convencidos de que “mi cuñado es el más apto para ocupar este puesto”. En esos casos el cuñado siempre se hace con la plaza ofertada por el ayuntamiento, simple y llanamente porque es el más apto. Da igual que ese cuñado sea el mítico “cuñao” que aparece en el programa de Jesús Quintero. Eso sí, que nadie piense que se filtran las preguntas de los exámenes.

Torre Pacheco fue gobernado durante más de veinte años por un mismo alcalde, que fue elegido democráticamente en las urnas, más o menos como Hitler en la década de 1930 (no quiero que no se malinterprete esta comparación). Durante esos años entraron a formar parte del ayuntamiento una serie de personas que (supongo que será casualidad) tienen algún vínculo familiar o extrafamiliar con esta persona (sobrinos, sobrinas, esposos de las sobrinas, hijos de amigos). Estoy convencido de que este hecho fue, como dicen en las películas americanas, mera coincidencia.

Bajo ese prisma se puede encontrar (por ejemplo) con un director de radio municipal cuyo mayor aval es haber sido pinchadiscos de un discoteca que, como todos sabemos, es la manera más enriquecedora de adquirir el conocimiento y la aptitud necesaria para dirigir una emisora de radio. Quiero que quede claro que para acceder al puesto que ocupa no ha tenido nada que ver su profunda amistad con el hijo del alcalde.

También bajo ese prisma puedes encontrar una Concejalía de Cultura formada por personas cultas y preparadas, todas ellas amigas desde la infancia, que te atenderán exquisitamente (siempre y cuando no estén manteniendo una interesante tertulia sobre las últimas novedades acaecidas en Gran Hermano, en cuyo caso el visitante tendrá que esperar unos cinco minutos para que lo atiendan). Estas personas conocen a fondo la historia del término municipal (bueno sólo conocen la historia de los últimos cinco años) y, como en la gran mayoría de los casos, no han obtenido su puesto de trabajo por enchufe.

Me tenía que haber ido a Melilla.

Saturday, January 14, 2006

Morir en La Meca

En La Meca, cada año cientos de peregrinos pagan su exacerbado sentimiento religioso con su propia vida. No soy nadie para juzgar las pasiones ajenas, pero me resulta inconcebible que millones de personas pongan en peligro su existencia para cumplir con una tradición porque, mientras no se demuestre lo contrario, vida no hay nada más que una.

Tal vez sea incapaz de comprender a estas personas, porque nunca he podido entender el fanatismo religioso. He aprendido a ser empirista y pragmático, y aunque respeto las ideas de los demás, creo que la vida es un bien demasiado preciado como para ponerla en peligro innecesariamente o para sufrir un determinado riesgo por seguir al pie de la letra los dictámenes que hizo un profeta hace mil cuatrocientos años.

Hoy en día la religión sigue teniendo un poder muy alto, tanto a nivel nacional (basta con ver la reciente manifestación en contra de la Ley de Educación) como a nivel mundial, ya que desde la descomposición de la Unión Soviética, nuestro mundo ha pasado de un antagonismo bipolar político a un antagonismo bipolar religioso.

En vista de que la religión mueve montañas, a veces me pregunto si soy un egoísta, porque lo que verdaderamente me importa en esta vida son mis estudios, mi trabajo, mi familia y mis amigos, y a nivel general, el utópico deseo de que todos podamos vivir en un mundo de paz, libertad y en el que nadie pase carencias. La religión no está en esa lista de preferencias. No estoy dispuesto a morir por mi Dios, ni tan siquiera a poner en riesgo mi vida en una macroperegrinación para contemplar de cerca una piedra negra.

A lo mejor soy demasiado egoísta, pero a mi edad ya no voy a cambiar.

Wednesday, January 11, 2006

Lecciones de democracia (II)

No es la Italia de Mussolini, ni la Cuba de Fidel Castro, ni la URSS de Stalin. Tampoco es el regimen franquista… el día de los Santos Inocentes ya ha quedado atrás. O sea que la noticia que esta mañana he leído en el diario El Mundo y me ha producido escalofríos; es real y ha pasado aquí.

La Generalitat usa historias clínicas para vigilar el idioma de los médicos
846 expedientes de nueve hospitales barceloneses han sido examinados por el Consorcio para la Normalización Lingüística sin autorización de los pacientes - El Ejecutivo catalán pondrá en marcha un plan especial para corregir el que la mayoría de los documentos estén escritos en castellano

Me froto los ojos y vuelvo a leer los titulares. No, no me he equivocado. He leído correctamente. El secreto de confidencialidad entre el doctor y el paciente, el juramento hipocrático (o simplemente el derecho a respetar un documento que a un gobierno democrático no le importa) se van a tomar por saco. Hombre, ya puestos a imitar los métodos de una auténtica dictadura bananera, además de robar los historiales clínicos, les podían haber dado una buena paliza a quienes los custodiaban y luego haberlos metido en la cárcel.

¿Es incapaz el gobierno catalán de entender que las personas han de ser libres para comunicarse en el idioma que deseen?…¿Cuál será la próxima hazaña de estos tipos en su afán por imponer el Appartheid lingüístico? ¿Asaltar viviendas para esconder micrófonos con los que escuchar las conversaciones privadas y de este modo controlar si los ciudadanos hablan o no hablan en catalán? ¿En qué país o región civilizada se admite un comportamiento de este tipo?...Tal y como está el panorama no me atrevo a cruzar la “frontera” de Tarragona, no vaya a ser que se me ocurra hablar en español y me detenga la Gestapo.

No nos queremos creer que somos unos privilegiados. Desde el año 1978 gozamos de la mayor época de paz y libertad que jamás ha conocido la historia de España. Vivimos una situación de estabilidad y bienestar que resultaría inconcebible para nuestros antepasados gracias a la Constitución y a la alternancia política. Para evitar que nuestra democracia se tambalee tenemos que hacer lo posible por frenar a los dos extremos; tanto a los separatistas que conciben repugnantes estatutos que rebasan los límites constitucionales, como a los militares lenguaraces que pretenden salvar la patria a su manera. Cada partido político maneja la hipocresía según su conveniencia: El PSOE al apoyar el Estatuto, aunque en algunos puntos rebase la Constitución, y el PP al no condenar enérgicamente las palabras del militar insolente.

Quien iba a decir que echaría de menos a dirigentes más demócratas como Pujol, Tarradellas y hasta a Françesc Maciá quien pese a autoproclamar la República Catalana en 1931 fue bastante más sensato que casi todos los que ahora gobiernan en aquella Comunidad Autónoma.

Lecciones de democracia (I)

Tras aquel célebre grito de “todos al suelo”, y el no menos recordado “¡se sienten, coño!” pensaba que no iba a volver a escuchar como un militar mostraría su predisposición a arreglar los problemas políticos del país a golpe de cañonazo. El Teniente General José Mena Aguado, tal vez aburrido de mandar sobre unos cuantos militares, no se cierra la posibilidad de mandar a unos cuantos millones de civiles.

Mena aprovechó la Pascua Militar para realiza un discurso absurdo, propio de los tiempos de Espartero, afirmando que el ejército defendería la Constitución, por las buenas, o si hace falta, soltando cañonazos en las calles. Sus palabras han henchido de orgullo a varios nostálgicos transnochados que esperaban la llegada de un mesías que les libre de tanta libertad y progresía.

Tendrán que seguir esperando porque afortunadamente la democracia está consolidada. La Constitución ya no es aquella débil infante a la que quisieron violar cuando acababa de cumplir los dos años, en un Golpe de Estado del que saben más los ingleses que los españoles (por aquello de que por Inglaterra circulan algunos libros que en España están censurados, y que explican como encajan todas las piezas de aquel puzzle, que para la gran mayoría de los españoles continúa incompleto). Ahora nuestra Constitución tiene más de 27 años y está bien vista por una amplísima mayoría de ciudadanos. No necesitamos que ningún héroe la proteja.

Tampoco han sorprendido las reacciones. Tanto la tibieza de la derecha, incapaz de condenar las palabras de Mena, como la indignación de la izquierda, lógica y además justificada. En un país occidental, en pleno siglo XXI, un gobierno militar es, además de anacrónico, utópico. Las declaraciones de Mena no son más que un mal chiste. Si lo hubiera contado Chiquito de la Calzada a lo mejor a alguien le hubiera hecho un poco de gracia.