Reflexiones de un periodista

Wednesday, November 30, 2005

Fantoches encadenados

Cinco fantoches con máscaras esperpénticas se han encadenado esta mañana frente a la emisora de la Cadena Cope de Madrid.

Como dije en otro mensaje anterior, una de las primeras medidas que toma cualquier dictadura bananera que se precie de serlo es la de acallar a aquellos medios de comunicación que no le son afines, y por supuesto estos tipejos predican con esa máxima. A fin de cuentas llevan más de año y medio influyendo en las decisiones del gobierno, pese a tratarse de cuatro gatos.

El problema es que este tipo de gente no cree en otra justicia que la que le dicta su propia subjetividad. No cree en los tribunales. No cree en los jueces. No cree en el estado de derecho, ¿Por qué? Pues, porque saben que no llevan razón. Si creen que pueden llevar razón, el procedimiento a seguir es el mismo que el de cualquier otro país democrático: ir a los tribunales de justicia y formular la correspondiente denuncia. Más o menos que se hizo en el caso de Egin, medio que se cerró cuando los jueces estimaron que este periódico mantenía algún tipo de vínculo con una banda terrorista.

Como dije antes, no estoy de acuerdo con la línea informativa de la Cadena Cope, pero sí con la libertad de expresión. Aquellos que no creen en ese sagrado derecho a la libertad de expresión no merecen ningún respeto. Es cierto, que en este caso se trata de cinco descerebrados que son de ERC como podían haber sido del PP o del PSOE. La diferencia es que los del PP o los del PSOE no suelen encadenarse ante los medios de comunicación contrarios a sus ideas.

¿Y a todo esto quien va sembrando oido? ¿No serán los miembros de ese moderno Appartheid del noreste que discrimina a las personas por motivos idiomáticos y políticos?

Thursday, November 24, 2005

Harto de ladrillos

Los señores del ladrillo se han propuesto convertir el sur de la Región de Murcia en una especie de megalópolis para guiris. Están tan obcecados por seguir ganando euros a punta pala que tal vez no se han dado cuenta de que, como cualquier mortal, se van a morir y de poco les va a servir su billetera llena cuando sean los cadáveres más ricos del cementerio.

La fisonomía de la provincia está cambiando a pasos agigantados. Se ha desatado la fiebre constructora, sin importar el lugar. A los señores del ladrillo les da igual construir sobre un secarral o sobre un espacio protegido; lo único que les importa es seguir amasando dinero, aunque sea a costa de hipotecar el patrimonio natural de la región, como está ocurriendo en La Manga del Mar Menor.

No soporto este tufillo rancio a modernidad artificial, con palmeras importadas de no sé donde, casas de treinta metros cuadrados que parecen palomares, tapices verdes con agujeros que consumen miles de litros de agua y sobre los que se practica uno de los deportes más aburridos que ha creado el ser humano...y todo ello tiene un precio desmesurado. El precio de privar a una región de una identidad que se ha ido forjando durante generaciones.

Vivo encajonado en un mundo Polaris y me da asco. No puedo evitarlo.

Tuesday, November 22, 2005

Más de lo mismo

Los inicios de Cuatro (el nuevo canal de televisión en abierto) me recuerdan a los inicios de Telecinco. Reconozco no haber visto la programación en exceso, pero lo que he visto no me convence y el caso de Cuatro es más sangrante por varios motivos:

- Se trata de un canal de televisión respaldado por un poderoso grupo mediático
- Han pasado quince años desde los inicios de Tele 5. En la época en la que nos encontramos es demasiado tiempo como para volver a tropezar otra vez con la misma piedra.

Por este doble motivo esperaba que este nuevo canal fuera competitivo desde el principio. Por eso he de decir que los tres programas que he visto me han decepcionado profundamente:

- Maracana 05: O como convertir un programa deportivo en Salsa Rosa versión futbolística. Lamentable, desde "Goles son amores" un espacio similar presentado por Manolo Escobar no había vuelto a sentir vergüenza ajena viendo un programa de deportes. El patetismo es tal que Michael Robinson ha pedido la rescisión de su contrato.

- Suárez y Mariscal: caso cerrado: Se trata de una serie de 20 minutos en los que unos policías resuelven un caso. Con todos los respetos, no he visto actores tan pésimos desde la representación de la función escolar de mi colegio. Los personajes, en lugar de hablar con naturalidad, recitan sus frases como aquel alumno que se enfrenta a un examen oral y a duras penas logra memorizar el texto estudiado.

- La noche hache: Si en lugar de emitirse en Cuatro, lo hiciera en Antena 3 correría una fortuna similar a la aquellos formatos que fugazmente presentaron Máximo Pradera, Jesús Vázquez o Francis Lorenzo. Un magazine cutre, más propio de una televisión local que de un canal estatal.

Cualquiera tiene narices ahora a ver el programa de Boris Izaguirre.

Sunday, November 20, 2005

Réquiem por un profesor de historia

El pasado jueves día 16 de noviembre falleció el profesor Pedro Flores, el principal responsable de mi gran interés por la historia y quien de algún modo encaminó mi futuro cuando yo era un simple adolescente de instituto.

Pedro Flores era un profesor que había heredado el excentricismo de los grandes genios. No era un modelo de comportamiento ni de relaciones públicas. Tenía el gran defecto de decir siempre lo que pensaba, tanto si su opinión era positiva como si era negativa, y normalmente sus apreciaciones valorativas solían ser bastante desagradables, lo que le hacía ser un maleducado. Otro de sus defectos era su misoginía, tal vez por haber recibido una educación cívica propia de otro tiempo, ya que era descendiente de personas de la alta sociedad (su padre había sido cónsul y embajador y su tío un famoso pintor murciano). Su excentricidad le llevó a adoptar a un niño coreano y a ponerle de nombre Alexandro, en homenaje a Alejandro Magno, su personaje histórico predilecto.

Pero ese hombre tan grosero, era un profesor excepcional. Muchos alumnos nos hicimos adictos a sus clases por su forma de contar las cosas. Nunca necesitó apoyarse en un libro o en unos apuntes. Explicaba las clases como la madre que está contando un cuento a su hijo mientras lo mira a sus ojos. Yo me quedaba embobado escuchando como aquel señor (que era capaz de decir de corrido los casi mil nobles descendientes de la rama de los Habsburgo) nos contaba los detalles de la Revolución Francesa o de la Primera Guerra Mundial, de forma mucho más amena que el más cuidado de los documentales televisivos.

Hablar con Pedro Flores significaba estar expuesto a alguno de sus comentarios desagradables; no era raro escuchar de su boca frases que no venían a cuento como “Usted está muy gordo y estar gordo es asqueroso” “Señorita es usted una hortera ¿De dónde ha sacado esa blusa? ¿Del baúl de su abuela?”. Pero, aunque pueda resultar paradójico, aquel profesor se ganaba el cariño de sus alumnos porque siempre procuraba estar cerca de ellos, tanto un lunes por la mañana en el Instituto, como un sábado por la noche en una discoteca. La sensación de protección que nos ofrecía aquel hombre, que debía de estar en torno a los cincuenta años, contrastaba con la indiferencia del resto de sus compañeros. Es más, en alguna ocasión mandó a la mierda a algún colega suyo por defender a un alumno. Pedro Flores era como ese amigo un poco borde, pero que en el fondo aprecias, porque es capaz de enfrentarse a otros por defender tus intereses.

Recuerdo que a mitad de curso me vio por un pasillo y con total naturalidad me conminó a que me fugara una clase de inglés para ir a desayunar con él a un bar cercano. Yo por aquel entonces me había ganado una más que merecida fama de adolescente rebelde, y no dudaba en intervenir en sus clases, pese a estar expuesto a quedar en ridículo al más mínimo error (de hecho la única vez en mi vida que he contestado con malos modos a un profesor fue a él, porque sabía que ese tipo de comportamiento entraba en las reglas del juego).

Nunca se me olvidará aquella charla de más de una hora en el bar que, en realidad fue como recibir una clase particular gratis. Aquel hombre comenzó a hablar de historia sin la obligación de ceñirse a un temario encorsetado y yo me quedaba maravillado escuchándolo. A partir de entonces, todos los días dejaba de asistir a una o dos clases para marcharme a desayunar con él y escuchar como daba un repaso a cualquier tema relacionado con la historia, mientras apuraba un vaso de whisky y consumía un cigarrillo tras otro hasta acabar con su paquete de Ducados. Con el paso del curso, otros compañeros se fueron sumando de forma esporádica a las tertulias, pese a que aquellas charlas implicaban la obligación de ausentarse de otras clases.

Tres años más tarde hablé con él (sin saber que iba ser la última vez porque meses después marchó a dar clase a un Instituto de Estrasburgo ya que su sapiencia llegaba hasta el punto de conocer a la perfección varios idiomas). Era sábado por la noche y como de costumbre se trasladó a la zona de pubs de la costa. Allí estaba rodeado de adolescentes, muy probablemente alumnos suyos. Me acerqué a él, le saludé, hablamos brevemente y acordamos una cita posterior (que nunca se produjo) para recordar viejos tiempos. Recuerdo que cuando me alejaba lentamente, aquel profesor de cincuenta años, tan sabio en sus conocimientos como grosero y maleducado en sus formas me señaló y le dijo a los chicos que estaban hablando con él.

“Ese tío es uno de los alumnos más inteligentes que he tenido en mi vida”

Tuesday, November 15, 2005

Aniversario y numerología













Algún experto afirma que tendrán que pasar dos o tres generaciones para que la memoria popular olvide que un 20-N falleció el último dictador que ha gobernado en nuestro país. Craso error el suyo porque esa fecha pasó a ser un día maldito desde que los republicanos convirtieron a base de ráfagas de fusil a un mediocre político en un martir de la causa. El espíritu del 20-N emana de la sangre de José Antonio Primo de Rivera que, casualidades de la vida, falleció el mismo día que el Caudillo...¿o no? porque hay quien sostiene que a Franco se le mantuvo con vida artificial uno o dos días para que su óbito coincidiera en el tiempo con el del siempre presente José Antonio...la numerología, que es muy caprichosa...tan caprichosa que si sumamos la fecha del inicio de la Guerra Civil (18-07-36) y la fecha de su finalización (1-04-39) obtenemos como resultado la fecha de la muerte de Franco (19-11-75)...bueno, oficialmente Franco murió un día más tarde...oficialmente, claro.

La Dictadura de Franco es pura numerología. Fueron más de tres décadas de negación de libertad, construidas sobre los cimientos de cientos de miles de cadáveres anónimos, privados de su nombre y de su identidad bajo la fría sepultura de espeluznantes fosas comunes. Más tarde, aquel régimen se cobró la vida de miles de españoles, fusilados tras la represión posterior a la Guerra Civil, mientras que otros miles de perdedores fueron convertidos en esclavos modernos para construir ese horrendo mausoleo en el que reposan los restos del infame dictador. Todos ellos son simples números; ni siquiera el miliciano que aparece en la archiconocida fotografía de Robert Capa tiene nombre.

El tiempo transcurrió y la numerología decreció y decreció... pero aún hay un número que impide que la llama se extinga: el número de extremistas nostalgicos que el próximo 20 de noviembre volverán a manifestar su odio en público.

Yo no iré; soy de letras

Sunday, November 13, 2005

Remite la violencia en Francia

Durante las últimas semanas hemos asistido a un brote de violencia en distintas ciudades francesas, al parecer provocado por grupos más o menos organizados de inmigrantes o descendientes de inmigrantes. Estos incidentes han sorprendido a buena parte de Europa porque la sociedad contemporánea de los países occidentales no está acostumbrada a este tipo de disturbios, tan comunes en otras épocas de la historia.

Lo más positivo del asunto es que los violentos no se han cebado con los ciudadanos (parece ser que los vándalos del siglo XXI son más civilizados que los del siglo XX y XIX) sino con su medio de locomoción; sin embargo estos altercados se han convertido en un peligroso precedente que deja la incógnita de saber si en a corto plazo se producirá un efecto-contagio en aquellas ciudades en las que la coexistencia entre nativos e inmigrantes derive en algún incidente grave.

Estamos en los albores del fenómeno de la emigración masiva. Muchos países africanos fueron expoliados por los europeos y ahora están dominados por el tirano de turno y viven en una situación social muy tensa, en unos casos en Guerra Civil perpetua y en otros en un clima de tensión e inseguridad que resulta inconcebible para muchos de nosotros, que hemos desarrollado nuestra vida más o menos en paz. Por eso cuando estas personas ven en televisión imágenes de países como el nuestro anhelan por venir a disfrutar del bienestar de un mundo más civilizado.

Los incidentes de Francia los he sentido con más frialdad que otros sucesos similares porque tengo una cierta aversión por lo francés desde la época en la que nuestros vecinos del norte le volcaron el camión de fruta a mi tío con la misma fruición con la que estos vándalos queman ahora los coches de los ciudadanos (la diferencia es que ahora son más civilizados y no se dedican a pegarle a los conductores de los vehículos). Las fobias infantiles son incurables. Nunca he estado en Francia y muy probablemente me moriré sin pisar ese país. De Francia sólo me gustan Gwendal y Laetitia Casta, y no precisamente por este orden. Y como quiera que fue Alejandro Dumas quien dijo que Europa se acababa en los Pirineos, pues eso, le tuvo que tocar la china al primer país del sur de Europa. Una de las ventajas de las naciones menos civilizadas, como la nuestra, es que la emigración masiva es un fenómeno reciente. Son las consecuencias positivas de no haber sido una potencia imperialista en el siglo XIX...sí ese siglo que se abrió con la Guerra de la Independencia.

Thursday, November 10, 2005

La manifestación de los obispos

El próximo sábado, la Iglesia y sus instituciones y organismos afines han organizado una manifestación en Madrid a favor de la obligatoriedad de la asignatura de religión en los colegios. Esta movilización tiene un gran fundamento, ya que muchísimas personas viven del cuento de la religión (incluidos los miles de profesores que entran a dedo designados por el Obispado) y lógicamente no quieren que el chollo económico se les acabe.

Puedo contar una anécdota que me ocurrió hace unos meses. Me encontraba en un establecimiento público cuando entró una señora que decía ser profesora de religión y empezó a pedir a las personas que allí estábamos, que firmáramos en una hoja, supuestamente para apoyar el desarrollo de la asignatura de religión. A mí se me dirigió, no de muy buenas maneras (con la voz un poco alzada y diciéndome textualmente “Firma tú también”) a lo que respondí con educación que no podía firmar algo con lo que no estaba de acuerdo. La buena señora se alteró un poco y alzando aún más la voz me insistió en que firmara, buscando una fórmula muy habitual en estos casos: dar pena “¿Te da igual que me echen a la calle?” –me dijo- Le contesté con ironía que estaba dispuesto a firmarle siempre y cuando me demostrara que su puesto de trabajo dependía única y exclusivamente de que mi firma estuviera en aquel papel. Acto seguido se dio media vuelta, dijo unas palabras despectivas y se marchó.

No creo en las evangelizaciones del siglo XXI. Afortunadamente vivimos en una sociedad laica en la que el catolicismo a ultranza de otros tiempos es un mero anacronismo. Ya no hay crucifijos en las aulas ni existe la obligación de rezar en los colegios. Las autoridades se han dado cuenta que el interés por la religión ha de ser personal y no colectivo porque de lo contrario, la educación se convierte en sometimiento. Una persona con un fuerte sentimiento religioso tiene a su disposición decenas de colegios de curas y monjas para desarrollar su vocación o educación, por lo que no tiene sentido que se imparta enseñanza religiosa en los colegios públicos, máxime cuando su aprendizaje no tiene ninguna utilidad. En cambio hay otras alternativas que se podrían impartir en ese horario, que sí podrían ser de mucha ayuda para niños y adolescentes. Por ejemplo:

- Educación Vial: Sería conveniente que los niños empezaran a conocer las reglas básicas de la educación vial; no en vano, además de ser peatones, también son ciclistas y hay muchos (como fue mi caso) que comienzan a circular en bicicleta por un pueblo a los diez años, y que se enteran que en un cruce sin señalizar tiene preferencia el vehículo que circula por la derecha, dos años más tarde. Además, a los dieciséis años una persona puede conducir un ciclomotor sin que le exijan más requisitos que dos fotografías para expedirle el permiso de circulación correspondiente. En resumen, fui ciclista habitual durante seis años y motorista durante dos y mi educación vial consistió en las vagas explicaciones que me daba mi padre y en el sentido común, que no por ser común era infalible. Ante esta tesitura, no es de extrañar que en la última década hayan muerto varios adolescentes en mi pueblo por culpa de accidentes de ciclomotor.

- Introducción al derecho: Es importante que a partir de una cierta edad (12-13 años) una persona conozca cuales son sus derechos y deberes fundamentales como ciudadano. No me refiero al derecho que aparece en los mandamientos (no matarás, no robarás…) que lógicamente conocemos desde nuestra más tierna infancia, sino al derecho que tenemos (por citar uno de los cientos de ejemplos que se me ocurren) de mandar a tomar por saco al listillo de turno que te amenaza con demandarte si rescindes el contrato con su compañía telefónica.

La educación ha de estar dirigida a la formación de los ciudadanos. En la sociedad actual la enseñanza religiosa no tiene sentido. Me gustaría saber cuántos padres creen que es más útil que su hijo reciba enseñanza de religión que, por ejemplo, de informática, a la hora de enfrentarse a la vida.

Sunday, November 06, 2005

Cumbre en las Américas

Más de 40.000 personas se han manifestado en Mar del Plata contra la presencia de Bush en la Cumbre de las Américas. Esta protesta multitudinaria no es más que una muestra que la política imperialista del “amo del mundo” no está bien vista por casi nadie. La bonita tarea de salvar la Tierra del pérfido enemigo está muy bien que la hagan los Will Smith y Schwarzenegger de turno para que nos entretengamos los cines, máxime cuando los muertos que causan estos pseudohéroes son de pacotilla, pero la idea de que un tipo de carne y hueso, amparado por un poderosísimo ejército, se autoimponga la misión de construir un mundo mejor, caiga quien caiga, sólo puede causar la repulsa que manifestaron los ciudadanos argentinos ante su presencia.

Dentro de esta justificadísima protesta, lo que más me ha llamado la atención ha sido la figura de los adalides de la algarada: Chavez, un militar que en 1992 dio un Golpe de Estado contra un presidente elegido democráticamente por el pueblo venezolano y Maradona, genial futbolista e incívica persona, cuyas tropelías son conocidas en todo el mundo. Algo así como si en España se organizara una hipotética protesta contra Bush encabezada por Tejero y un refuerzo del exterior que bien podría ser Gascoigne.

Los polos iguales se repelen (en este caso se podría decir que son repelentes). A fin de cuentas la gran mayoría de los líderes que se reunieron en Mar del Plata son del mismo pelaje; unos encabezan unos gobiernos que tienen una cierta apariencia de democracia (al menos conservan la apariencia) y los otros ni siquiera intentan disimular que son dirigentes corruptos, lo que a la larga les obliga a tener que salir por piernas para eludir la acción de la justicia o la reacción hostil del pueblo (tal y como hizo Fujimori)

Hasta ahora, el único mortal que ha cometido la osadía de intentar la invasión de Estados Unidos ha sido Pancho Villa, que tuvo que darse media vuelta cuando se encontró a las tropas del General Pershing convidándose en un bar de Columbus. Desde entonces a ningún país americano se le ha ocurrido desafiar a la potencia más poderosa del mundo, que se toma tan en serio su papel de tal, que sorprende ver a su líder en actos en los que trata de igual con el resto de naciones americanas.

América ya no es ese continente agreste que expoliamos los españoles. Nos dejó y nos deja fascinados. La sensualidad ingenua de Malinche ha dejado paso varios siglos más tarde a la voz erótica de Shakira. Les dejamos en herencia nuestro idioma y nuestro pedacito de cultura, pero a diferencia de los ingleses dejamos aquellos territorios hechos un solar, al abrigo de los virreinatos; abonamos el terreno para que el poderoso país que fabricaron los británicos en el norte pudiera someter a los del sur.

Y en el sur hay quien se obstina en resucitar el espíritu de Bolívar, hasta el punto de ponerle su nombre a un país (República Bolivariana de Venezuela) y de iniciar una guerra de guerrillas artificial contra el poderoso país del norte. Hay demasiados anacronismos políticos en América del Sur, y mientras los siga habiendo, el poderoso vecino del norte continuará imponiendo su ley.

PD: Yo pensaba que América se escribía en singular, pero parece ser que como hay un país que se ha apropiado el "Copyright" de este nombre, ahora hay que escribirlo en plural. Supongo que formará parte de la evolución del lenguaje.

Thursday, November 03, 2005

Los papeles vuelven a Salamanca

Como era de esperar, el Senado ha aprobado la restitución de los documentos que reclama la Generalitat de Cataluña a esta región, curiosamente un día más tarde de la aprobación del Estatuto de Cataluña. Cada día que pasa estoy más convencido de que el precio que estamos pagando los españoles por tener al actual Presidente del Gobierno es demasiado alto.

El hecho en sí tiene varias lecturas: la más importante de ellas es el principio discriminatorio que se produce con respecto a otras Comunidades Autónomas que deberían tener el mismo derecho a reclamar aquellos documentos que puedan creer que son suyos. La reflexión es simple, ¿Por qué no se aprobó una ley que permitiera devolver los documentos a todas las Comunidades Autónomas en lugar de devolvérselos únicamente a aquella Comunidad Autónoma, patria chica de un partido nacionalista que permite que el Presidente del Gobierno pueda gobernar en coalición?

No recuerdo (desde la transición) una situación de mayor crispación política entre españoles de izquierdas y de derechas. Basta con echar un vistazo a los foros de Internet para comprobar que en estos últimos meses se esta generando una agitación social de la que nuestros políticos tienen buena culpa. Hay demasiadas analogías con respecto a lo que ocurrió en determinados momentos de la II República (sólo falta que Carod proclame la Republica Catalana independiente, tal y como lo hizo Maciá). Cada día que pasa Zapatero me recuerda más a Azaña y no es, precisamente, la II República un espejo en el que mirarse por muchos motivos; el más evidente de ellos es el recuerdo de las consecuencias que produjo la convulsión social de aquellos años, que comenzó con un proceso de división entre izquierda y derecha, similar al que se está produciendo en estos días, y acabó en el Puerto de Alicante con miles de republicanos acorralados por fuerzas de la naciente Dictadura franquista.

Si muchos países se han fijado en la transición española como un modelo ejemplar en el paso de la dictadura a la democracia, no estaría de más que divulgasen todos los detalles de la Revolución de Terciopelo como un modelo ejemplar de descomposición de un país en varias naciones. Ya que estamos condenados a desintegrarnos, no estaría mal que lo hiciéramos con civilidad, y olvidando los rencores que nos han creado el recuerdo de aquel abuelo que era militar republicano y que fue fusilado en la guerra.

La paralización del Plan Hidrológico Nacional que sigue desembocando en Tortosa (mejor tirar el agua al mar, que aprovecharla para regar la huerta), el Estatuto que denomina a España como “nación de naciones” (más o menos como la Yugoslavia de Tito), la ruptura de un archivo que más que una ruptura parece un saqueo… ¿Cuál será la próxima decisión que adopte el gobierno en beneficio de unos españoles (los mismos) y en perjuicio de otros (da igual quienes sean)?

Claro que si los okupas de Jun (Granada) apelaron al borrador de una ley de la Ministra de la Vivienda para invadir un edificio yo podría apelar a esta extraña ley y
presentarme mañana en la iglesia parroquial de mi pueblo para llevarme por narices mi partida de nacimiento (documento histórico que me pertenece) y después acudir al Archivo Municipal de Murcia y llevarme todos los padrones en los que aparezcan mis antepasados (que también me pertenecen) ¿o va a resultar que todos no somos iguales? Va a ser que no

Maciá murió de éxito, me pregunto si el final de Carod tendrá circunstancias similares

Tuesday, November 01, 2005

Contra la libertad de expresión

Una de las primeras medidas que toma cualquier dictadura bananera que se precie de serlo, es la de liquidar a aquellos medios de comunicación que no son afines a su doctrina para acallar sus mensajes y de este modo evitar que la población pueda recibir información que no es del agrado de las instituciones oficiales.

Los regímenes democráticos tratan de garantizar la pluralidad informativa, protegiendo la libertad de prensa, que en España está regulada por el Artículo 20 de la Constitución, que posibilita que exista esa diversidad de medios de comunicación, imprescindible en cualquier régimen democrático.

Por supuesto, la libertad de expresión tiene unos límites. El periodista no puede utilizar una emisora de radio o una cadena de televisión para insultar o difamar a terceras personas, de ahí que en cualquier sistema democrático que se precie, aquella persona que se sienta ofendida por un medio de comunicación, tiene la potestad de acudir a los tribunales de justicia, que dictaminaran acerca del posible delito.

Bien, pues el gobierno catalán haciendo gala de la ley del embudo, ha tomado una decisión propia de regímenes de países tan avanzados como lo fueron la Uganda de Idi Amín o lo es la Cuba de Fidel Castro; como la Cadena Cope se dedica a criticar, con más o menos razón, las patochadas de Maragall, Carod Rovira y sus adláteres, ha decidido que la mejor decisión para evitar las críticas de esa emisora es cerrarla, para que de este modo los oyentes de esa cadena de radio no puedan conocer aquellas informaciones que a estos tipos le resultan incómodas.

No es la Cadena Cope santo de mi devoción, tanto por motivos personales, como por motivos ideológicos, pero menos aún un gobierno autonómico que no respeta el derecho fundamental que existe en cualquier democracia a la libertad de expresión y que se ha empeñado en realizar una política de crispación cuyas consecuencias más importantes me temo que sufriremos en un futuro inmediato.

No me resisto a reproducir la intervención de un nefasto político que por desgracia del destino estuvo al frente de un régimen tan ilustre como es una República. En una sesión en el Congreso de los Diputados, Manuel Azaña justificaba la suspensión de aquellos periódicos que eran críticos con el régimen republicano con el siguiente discurso:

“Solo mirarán con recelo y enojo esta ley aquellos que tengan que temer algo de su aplicación. ¿Y quien tiene que temer algo de su aplicación? De ninguna manera la verdadera prensa; aquí no se habla de la Prensa digna de este nombre, la Prensa que vive a la luz del día dentro de las leyes y que respeta su decoro y el ajeno; pero a las hojas facciosas y a las pequeñas bellacadas clandestinas que andan circulando por toda España, llevando a todas partes el descrédito de la institución republicana…¿a eso vamos a llamar prensa, a esos reptiles que circulan por la sombra, que van de mano en mano, corriendo por los rincones de la península y sembrando el descrédito o la burla o las malas pasiones? Eso no es prensa, y contra eso vamos…”

Si no estuviera seguro de que este desacertado discurso lo pronunció Azaña, hubiera pensado que su autor era el ministro Montilla, Maragall o Carod. Cualquiera de ellos suscribiría las palabras del infame político de Alcalá de Henares.

Nunca creí que podría identificarme con la Cadena Cope, pero como periodista no tengo más remedio que solidarizarme con unos compañeros, que al margen de su ideología, se dedican a ejercer su profesión con más o menos acierto, y pese a que su línea editorial no sea compartida por un amplio número de españoles (entre los que me incluyo) esto no justifica que un gobierno bananero los acalle por narices.

¿Torquemada remains?